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viernes, 30 de julio de 2010

De mani en mani


Acabamos de volver al hotel después de pasar el día en Jerusalén. Algunas compañeras se han ido a seguir pintando el dibujo del muro. A ver si esta noche podemos colgar aquí alguna fotillo del mural.

En Jerusalén hemos estado esta mediodía en una concentración que convoca Mujeres de negro, una organización de mujeres israelís que luchan por la paz.

Para ser solidarias con ellas hemos ido todas vestidas de negro, a una mani a la una del mediodía donde hacía 40 grados a la sombra (no exageramos).¡No os podéis imaginar lo que hemos sudado! Menos mal que había una fuente y hemos podido meter la cabeza para refrescarnos (en esto tampoco exageramos).

En la concentración se ha liado un poco la cosa porque han llegado un par de judíos con una bandera israelita para molestar y entonces hemos tenido que molestarles nosotras a ellos para que se fueran.

Después hemos estado con un líder del Partido de Izquierda, Meretz, quien nos ha explicado cuál es la situación en Jerusalén y cuáles son sus demandas y proyectos para resolver el conflicto. Muy interesante.

Y como no nos habíamos desfogado lo suficiente en la mani de la mañana (era de aquellas silenciosas) nos hemos ido a otra por la tarde que nos era más familiar, con megáfonos, tambores, gritos, manifiestos..

La concentración de la tarde era para protestar contra unos colonos que se han instalado en Chejarrh, un barrio de Jerusalén que pertenece a la zona palestina.

Ahí hemos podido gritar esolganes en hebreo, aunque no lo hemos hecho con mucha fuerza porque la calor era insoportable. Aquí dicen que esta noche algunas van a necesitar que les inyecten agua en vena para re-hidratarse.

Ha sido positivo ver que hay israelís (aunque sean pocos) que están en contra de la ocupación.

No nos podemos creer que ésta sea nuestra última noche aqui. ¡Cómo ha pasado el tiempo de rápido!

Ah! También queremos deciros lo sorprendida que nos hemos quedado en Jerusalén cuando hemos visto la cantidad de judíos ortodoxos que hay. Hemos pasado por una calle en la que todos iban vestidos con el sombrero y los rizos y las mujeres y los niños y niñas iban también de uniforme.

Ha sido como trasladarnos a otro siglo y nos hemos quedado muy sorprendidas...

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